Empate a uno acabó reflejando el electrónico del Carlos Tartiere al término de unos de los 90 mejores minutos del Real Oviedo en lo que va de liga. Más de 22.000 almas vieron como en la primera mitad, el Deportivo Alavés sucumbía ante un equipo eléctrico en ataque, que ya a los 11 minutos se adelantaba por mediación de Borja Valle. La acción se inició después de que Jon Erice recogiera un rechace de una falta botada por Susaeta. El navarro abrió la pelota a la banda derecha, y Nacho López puso un centro que David Fernández controló con el pecho en la cercanía de la meta alavesa, para luego asistir al berciano y llevar así el delirio a la grada con el primero de la noche en la Ería.
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Borja Valle dedica el gol a una afición eufórica y Edu Bedia y Jon Erice corren a felicitarle. |
El Oviedo no se conformó con eso y siguió atacando hasta los últimos coletazos de la primera mitad, en donde comenzó el acoso de los visitantes, un reflejo de lo que acontecería tras la reanudación. La calefacción del vestuario azul debía estar más alta de lo normal, porque la falta de intensidad tras el comienzo del segundo acto era patente, y cuando sales dormido ante el líder lo acabas pagando. La pegada de Gaizka Toquero empató el partido en el segundo tiro a puerta del conjunto de Vitoria. Manu García puso un centro medido para que el ex del Athletic Club de Bilbao se aprovechara, con una volea perfecta, del mal marcaje de Carlos Peña, poco pendiente de su espalda.
Por más que el Oviedo lo intentó, acabó encontrándose con el meta Pacheco, que se resarció de su fallo en el gol de Valle. El extremeño estuvo muy hábil aguantándole hasta el último momento un mano a mano a Néstor Susaeta que hubiera supuesto el 2-1 a favor del Oviedo. Minutos después, el colegiado, que no contentó al respetable con su actuación, no señaló un posible penal sobre Koné en la portería sur. El Tartiere rugió, pero yo, sentado en el fondo norte, no pude diferenciar bien si hubo o no error arbitral.
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La afición del Alavés desplazada hasta Oviedo, celebra el tanto de Toquero que supuso el 1-1. |
El 1-1 final contentó más a los visitantes que a los locales, aunque el punto sirvió a los carbayones para colocarse cuartos en la tabla tras la derrota de Osasuna, por cuatro goles a cero en Anduva. Los alrededor de 1.500 aficionados vascos, que no dejaron de animar a su equipo en todo el partido, comportándose de manera ejemplar, se fueron felices a casa ya que siguen manteniendo la ventaja de 3 puntos con el segundo clasificado, ahora el Leganés, que ganó por 2-3 en el Nuevo Arcángel en un polémico partido ante un Córdoba que ahora es tercero, ya fuera de los puestos de ascenso directo.