Si algo he aprendido de fútbol con el paso de los años es que cuando de verdad disfruta uno, es viendo al equipo que mejor juega. Mi infancia madridista se puede resumir perfectamente en noches de llantos y decepciones, bastantes más que alegrías y principalmente con un nombre propio como único culpable: Fútbol Club Barcelona. La mejor máquina de jugar al fútbol que he visto desde que tengo uso de razón. He de confesar que mi madridismo empezó viendo una clasificación. Me subí al carro de la última liga de Del Bosque, en la temporada 2002/2003 y las por entonces recientes consecuciones de la séptima, octava y novena copas de Europa me hicieron presagiar un esperanzador futuro, que pronto se desvaneció con la llegada de Ronaldinho y Rijkaard y la madurez futbolística de Xavi o Iniesta. Comenzaba a gestarse pues, un equipo parecido al que se había ganado el respeto de Europa a principios de la década de los 90, de la mano de nuestro homenajeado esta noche, Johan Cruyff, fallecido hace una semana tras una difícil lucha contra un cáncer de pulmón.
'El flaco' comenzó a revolucionar el fútbol en Ámsterdam, equipo con el que debutó con tan sólo 17 añitos. Allí aupó al Ajax a la élite del fútbol europeo consiguiendo 3 Copas de Europa y 1 copa Intercontinental, entre otros. Tras su éxito en los Países Bajos recayó en Barcelona, como muestra de una rebeldía ante sus propietarios, que siempre le caracterizó, y ante quienes en un principio pretendían traspasarlo al Real Madrid. ¡Ay, como hubiese cambiado mi infancia, Johan! En la ciudad condal consiguió una Liga y una Copa, en cuatro años, títulos que aunque parezcan escasos en número, tuvieron gran repercusión e hicieron que el club blaugrana diera un golpe sobre la mesa en nuestro país. Con su selección más de lo mismo. Johan fue el jugar como nunca y el perder como siempre. No consiguió ningún título con los tulipanes a pesar de que su juego fue más que excepcional.
Años después de finalizar su carrera como jugador volvió como entrenador para revolucionar con mayúsculas el planeta fútbol. Sus primeros pasos alrededor del área técnica los dio como director deportivo de su querido Ajax. Allí llevó a cabo un proyecto a largo plazo cuyo único objetivo era implantar el fútbol más ofensivo conocido hasta el momento, el '3-4-3'. "Da igual cuántos goles te metan. Si tú metes uno más, ganas el partido". ¿Sus frutos? La Copa de Europa que sus canteranos consiguieron con el Ajax en 1995.
Pero donde de verdad transformó este deporte fue de nuevo en Can Barça. Plantó la semillita que dio lugar al florecido árbol que hoy es el Barcelona. Toque, presión, ataque... poesía. El 'Dream Team', como así se conocía a los muchachos de Johan, consiguió por primera vez para el club la primera de sus cinco Copas de Europa tras vencer en la prórroga a la Sampdoria, vencieron por 0-5 en el Santiago Bernabéu... aquello fue el clímax culé. Leyendo algunas de sus anécdotas como entrenador he encontrado algunas que me han fascinado: Preparando un partido contra el Atlético de Madrid, Cruyff meditaba con su segundo la forma de parar a Manolo, entonces delantero colchonero, para que no les metiera gol, como acostumbraba a hacer. La principal virtud del ariete era el desmarque, entonces, ¿cómo podían evitar que se desmarcase? Pues no marcándole. Así de simple. Aquella noche Manolo no 'mojó'. Quizás esa fue la que más me marcó y la que mejor describía a este auténtico vanguardista del fútbol, aunque otra, como fue la de colocar a Goikoetxea de lateral, sólo por su buena pegada, para romper así la línea de presión del rival, también me pareció una verdadera genialidad táctica.
Finalmente, como todo ciclo, terminó, pero Johan impuso su filosofía de juego a una de las mejores canteras del mundo. En 2008 el árbol culé comenzó a florecer de nuevo y el gran trabajo que él seguía iniciando desde abajo dio sus frutos dando lugar al que para mí fue el mejor equipo de la historia: El Barcelona de Guardiola, con ocho canteranos en su once de gala. Su ciclo también terminó, pero afortunadamente para los aficionados esto no se acaba aquí; Luís Enrique sigue sus pasos. Cinco títulos de seis posibles en 2015 y todo apunta a que este año la cosecha será igual de buena...
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Cruyff, ya como entrenador del Barcelona, con su clásico 'chupa-chups', piruletas que sustituyeron al tabaco tras el infarto de miocardio que sufrió en 1991. |
El fútbol ha perdido a su reinventor, pero nos queda su legado: El buen juego, siempre a dos toques, la presión a todo el campo y sobre todo el trabajo bien hecho, desde abajo. El hombre de los 'chupa-chups' se ha ido, pero su escuela seguirá presente hasta que aparezca otro como él, si es que aparece.