miércoles, 28 de septiembre de 2016

Y el viejo Ford dejó de funcionar.

Como premio por el excelente trabajo que hicimos ante el Oviedo, el entrenamiento del lunes fue uno de los más amenos que recuerdo, era para ello. Pero, en el partidillo del final volviste a soltar otra de tus perlitas de las que cualquier persona medianamente detallista se acuerda cuando toda esta historia finalizó.

Quedarían unos 5 minutos de entrenamiento cuando en uno de esos momentos de intimidad entrenador-jugador me preguntaste:

"Qué, Rodri, habrá que ir cortando esto, que hay que ver a Colunga, ¿como lo ves...?"

Con "ir a ver a Colunga" se refería a ir a ver jugar a su amigo Adrián Colunga, jugador del Getafe, en el partido que venció por 1-0 al Betis, de principios de la temporada 2011-2012. Nos fuimos a casa, pero él se quedó hablando en su vestuario con la directiva del club. Yo pensé mal, tampoco quería que le echasen, y menos después de lo que había conseguido.

Al día siguiente, martes, programaste un partido amistoso de pretemporada, aunque bien metido ya en el campeonato. Sinceramente, creo que era porque estabas hasta el gorro de nosotros y no te apetecía planificar un entrenamiento para que nosotros alborotásemos. Te poníamos la cabeza como un bombo, o eso decías... Saltamos a calentar y tú no llegabas. No era normal que llegases tarde, nunca llegabas tarde y el partido iba a comenzar. Entonces Gerardo, el portero del Regional, ahora en el Lenense de Tercera División, te llamaba al móvil, pero tú no lo cogías. Él se encargó de hacer la alineación, el partido transcurrió sin problemas, pero era un día raro porque no habías avisado de que ibas a faltar. Fue tan raro que hasta metí gol.

Cayó la noche y Vallobín nos brindó una de sus preciosas puestas de sol. Salimos del vestuario y nos quedamos viendo un anochecer de finales de septiembre como quien ve morir un verano que se nos fue de las manos. Era martes y había Liga de Campeones, pero tú no pudiste ver el partido, estabas atrapado entre los hierros de tu viejo y blanco Ford. Por eso, tampoco habías podido avisar de tu ausencia en el entrenamiento, pero de todo eso nosotros no teníamos ni idea hasta el día siguiente, cuando ocurrió otra anécdota que llevo denominando "perla" todo este cuento.

Mendi y yo, llevábamos yendo juntos a clase desde los dos años, y el curso 11/12 no iba a ser menos. Sólo acababa de empezar, y como es propio de septiembre, eran comunes las pruebas de aptitud de Educación Física, entre ellas la "Course Navette", también conocida como "Prueba de los Pitidos". En ella, tus dos pupilos nos salimos, como siempre, y las palabras de Mendi quedaron bien grabadas en mi memoria:

"¡Cómo se nota el físico de la pretemporada con Diego, colega!"

Era tercera hora y a las 11:00 había recreo. Yo, como acostumbraba a hacer, me fui a la pista de baloncesto a jugar con mis compañeros de clase cuando me llamó Carmen, mi compañera de equipo.
A su pregunta sobre si me había enterado "de lo de Diego" yo respondí atónito que si le habían echado, puesto que le había visto mantener una charla con la directiva. Me negó todo y comenzó a contarme toda la historia mientras yo rompí a llorar como crío que era. No podía creerme que Diego ya no estuviese con nosotros, que no nos fuese a entrenar más, ni a reñir, ni a soltar sus frases hechas que tanta gracia nos hacían. Nunca pensé que podía odiar tanto una autopista, la rabia me inundó. El hombre más trabajador de Vallobín había comprado un billete de ida para no volver, y todo ello de la noche a la mañana.

El resto de la semana se la pueden imaginar. Esa misma tarde quedamos todo el equipo para hacer unas camisetas en su memoria. Éramos más piña que nunca, gracias en parte a Gelo, nuestro segundo entrenador, tan consternado o más que nosotros. Los entrenamientos de aquella semana habían quedado suspendidos pero nosotros subimos al campo a jugar, porque eramos amigos y él nos había unido más de lo que ya estábamos. Jugamos y jugamos hasta que Vallobín nos regaló otra de sus inmejorables puestas de sol, de esas de finales de septiembre que se llevan momentos y personas para no volverlos a traer.


El ya mítico anochecer de Vallobín.

Tras su funeral, nos prometimos a nosotros mismos, en piña de nuevo, ascender a Primera. El primer fin de semana estuvo repleto de homenajes en Vallobín. En el partido del Regional, nosotros, el equipo Cadete, colocamos una pancarta que habíamos hecho a mano para él, en las redes del recinto. Saltamos al campo junto al primer equipo y guardamos un minuto de silencio muy especial para mí por el simple hecho de haber salido de la mano de Berto, su íntimo amigo, que brindó un partidazo. Cuando vi que iba a ser él a quien se la diese, la piel se me erizó igual que a uno de los muchachos que saltan junto con sus ídolos en la Liga de Campeones. El primer equipo hizo el resto. Remontando un 1-2 en contra con magia, como siempre, en el descuento. Haciendo vibrar a Vallobín.


Momento en el que salto al campo de la mano de Berto, cabizbajo, en el C.D. Vallobín 3-2 Rayo Carbayín.

Vallobín, 2 de octubre de 2011.
La temporada seguía su curso y cuando esa semana acabó una promesa seguía presente en el vestuario 3 de Vallobín: Ascender. Pero iban pasando los partidos y los resultados no acompañaban tanto como al principio. El Llanes acabó con nuestra imbatibilidad en liga, ganándonos injustamente en el descuento, 3-2. Por su parte, el Llano 2000, de Gijón, nos pasó por encima literalmente (8-1) antes de que nos visitara el Figaredo. Vallobín no faltó a su cita con la victoria, y las gradas llenas no se perdieron cómo ganamos 4-1 bajo una tremenda granizada, en el que fuera el último partido antes de recibir un empujón que nos hizo despegar. Ese cambio de rumbo que convirtió a aquel grupo de amigos en lo que hoy conocemos como "La Generación de Ascensos".

A partir de aquel encuentro, Gelo, que tras lo acontecido se había puesto al frente del equipo, volvió a su puesto de segundo entrenador para que Abel nos echase una mano como primero. Me dolió por él y por el vínculo que tenía contigo, por las tardes y noches mano a mano, codo con codo. Pero por una parte me alegré cuando comenzaron a cosecharse buenos resultados. Me alegré por ti, porque la llegada de Abel fue la garantía necesaria para cumplir con nuestra promesa. Yo, personalmente tenía miedo de fallarte.

Fue un año de éxitos: Victoria en el Hermanos Llana, la "vendetta" al Llanes con un golazo de Matías de falta que jamás olvidaré, los casi dos años sin perder en casa... y por supuesto ese 5 de mayo, en el campo en el que me hiciste debutar. Cosas del destino en el que empecé a creer contigo, a tu lado, remando en el mismo barco, el del respeto y el trabajo.

Medio Vallobín se desplazó hasta Langreo para ver cómo le endosábamos un 0-5 a Lasaliana, en el Nuevo Ganzábal, y acabábamos ascendiendo a Primera Cadete, como habíamos dicho en la piña que hicimos a la puerta de la Parroquia de Pumarín, cuando te dimos el último adiós.

Ya saben que siempre que homenajeo a personas que ya no están aquí con nosotros me gusta hacer mención a que alguien sólo muere realmente cuando deja de ser recordado.






Y te puedo asegurar que esta generación de futbolistas del C.D. Vallobín no podrá dejar de recordarte.

Que sigas descansando en paz allá donde estés, Diego.

Vallobín no te olvida. 




En León, cinco años después de todo. 

De tu lateral derecho, que te recuerda mucho más de lo que la gente piensa.

Siempre.



martes, 27 de septiembre de 2016

El viejo Ford: La magia de Vallobín me hizo creer.

Tras el verano del 11, cambió la historia y las risas de la reciente celebración se transformaron en el sufrimiento de la pretemporada más dura de mi vida. Todo comenzó con una llamada telefónica para comprobar si contabas conmigo.

"¿Qué tal las vacaciones, bien? Estarás moreno, ¿eh? Y a mi "sí" le siguió un "Qué cabrón..."

Y a correr.

Corrimos mucho, tiramos mucho a puerta y volvimos a correr y es que, "el partido contra el Condal estaba a la vuelta de la esquina". A partir de ahí, de aquel partido, yo empecé a creer. Pero no a creer que podíamos hacer algo importante en Segunda Cadete, que también. Creí en el destino. Llamadme loco, pero creí.

Te encantaba jugar al fuera de juego, esa arma de doble filo para los pésimos árbitros de la federación. Ese "un paso, Jorge, un paso" para dejar en posición antirreglamentaria al delantero que no supiese "moverse en el alambre" dejó de funcionar cuando Jorge, el central, pasó a juveniles. Y cuando algo que haces siempre y siempre has hecho bien, no funciona, malo. El marcador de Vallobín señalaba 1-4 al descanso en el duelo de recién ascendidos Vallobín - Condal. Íbamos tres abajo en el electrónico pero no jugábamos al baloncesto, ojalá. Y si comparamos todas las broncas del año anterior con la de aquel intermedio, aquellas parecían piropos a su lado. "¡Para ganar partidos en esta categoría hay que saltar de cabeza!" Esa frase quedó grabada para siempre en un vestuario que recibió la reprimenda de su vida.

"¿Cómo vamos?" Preguntó mi padre nada más llegar a las gradas, en el descanso. "Perdemos 1-4, pero esto se remonta." Esa fue la respuesta que le dio Nachín, por entonces infantil, y la respuesta que cualquier otro "guaje" daría. Entonces saltamos al campo y el equipo espabiló. ¡Y vaya que si espabiló! Cuatro goles en cinco minutos nos pusieron por delante. Sí, leen bien, cuatro goles y cinco minutos. El Condal no daba crédito. Yo tampoco pero simplemente me limité a celebrar como pocas veces en mi vida hice.

¿Ahora entienden por qué les digo que empecé a creer? ¿Cuántas veces en su vida van a ir perdiendo 1-4 en el minuto 45 e ir ganando 5-4 en el 50? Yo se lo adelanto, una. Aquello era Vallobín y no se podía perder en casa.

En la tercera jornada de liga, también en casa, eran ya eran palabras mayores: venía el Real Oviedo. El partido se puso cuesta arriba a pesar del para mí estupendo planteamiento que habíamos trabajado durante la semana. ¿Se acuerdan de las notas al estilo José Mourinho? Las puso en práctica, pero nuestro 4-5-1 no bastaba para contener a un Oviedo desbocado, que ganaba después de enchufar una inexistente falta al borde del área (0-1) y un clarísimo penal con expulsión a nuestro portero, Pablo, que se fue sin consuelo a los vestuarios, 0-2. Pero como ya saben, aquello era Vallobín y en el fútbol se juega mejor con 10 que con 11, o eso dicen.


Plantilla del C. D. Vallobín que se enfrentó al Real Oviedo en casa.

Fila de arriba: Cris (F.), Diego (Ent.), Pablo (P), Celso, Rodri, Raúl, Mendi, Andrés (C) y Castro.
Fila de abajo: Omar Betolaza, Carmen, Pelayo, Oriol, Fran, Marco, Motta y Christian Herrera.

Vallobín, 24 de septiembre de 2011.


A mí, personalmente, me llenaba de rabia que nos estuviesen ganando por acciones a balón parado. Ellos eran el Real Oviedo, y en Vallobín si me ganas es porque me superas, no porque te dan facilidades. Tras el 0-2 en contra, cualquier equipo se hubiese resignado con aquel resultado frente una selección de jugadores como aquella, pero no era esa nuestra intención. Sacamos de centro a 5 minutos del final de la primera parte y entonces se nos encendió una bombilla, un flash de fútbol que nos iluminó para hacer una única jugada que nos metiese en el partido y que encima acabó de la forma más bonita que jamás he visto. Para mí el mejor gol de toda la historia del Vallobín. No lo podía haber metido otro que Andrés, que envió un auténtico misil tierra-escuadra para poner el 1-2 en el marcador e irnos al túnel de vestuarios con esperanzas.

La sorpresa fue al entrar en la caseta y encontrarnos a nuestro portero, Pablo, sentado en el suelo llorando como si fuese algo ilógico ir palmando contra el Real Oviedo. A sus lágrimas, tú respondiste con la frase que para mí más encaja en este puzzle, pero a la vez la que más me desconcierta:


"No llores, Pablito, que en esta vida hay cosas mucho más importantes por las que llorar".

Tras dejar esa perla en el vestuario seguiste con la charla técnica, volvimos al planteamiento del principio y entonces nuestro 4-5-1 dio sus frutos tras materializar un penal que se cobró por una mano dentro del área de los azules, aquella tarde de verde. La cosa estaba empatada y nosotros seguíamos teniendo en cuenta tus consejos.
El portero rival tratando de desconcentrar a Motta antes de que materializase el penal que pondría el empate en el marcador.
Mientras, Mendi y Raúl se colocan al rechace.

En el vestuario nos insististe en la lenta transición de balón del Oviedo, para que nos aprovechásemos de ello, pero no pudimos evitar el 2-3, que llegó desde 40 metros, no sin algo de fortuna, y es que aquel balón entró en la "jaula" después de impactar en el larguero y en la cara de Fran, el defensa central que tuvo los bemoles de ponerse los guantes de portero ante el Real, tras la expulsión de Pablo.

¿Se acuerdan de cuando empecé a creer? Había sido dos semanas antes nada más, pero la confirmación de todo aquello llegó a Vallobín en el descuento de aquel partido de locos. Conseguimos una falta lateral y obviamente subimos todos a rematar una pelota que no sé ni cómo acabó entrando, no sólo por el minuto (91) sino por el más que claro empujón al portero y sobre todo por hacer una réplica de la "Mano de Dios". Andrés de nuevo, quién si no iba a materializar 90 minutos de lucha y de carrera continua detrás de una pelota que no estuvo en nuestro poder en ninguna fase del partido... Piña y al córner.

Fran y yo volvemos a nuestro campo tras lograr el empate. Al fondo, el banquillo del Oviedo se lleva las manos a la cabeza.

Te habíamos brindado el mejor día de tu vida, o eso nos dijiste... Yo no podía alegrarme más por todo lo que tú habías trabajado y preparado el choque, pero el lunes había que volver al tajo porque tocaba visitar al Llanes Urbania...

lunes, 26 de septiembre de 2016

El viejo Ford

Nuestros caminos se unieron a finales del verano de 2009. Falto de laterales para tu equipo cadete, te habías fijado en mí para completarlo, pero no pude ir a un partido que a la postre perderíamos 1-9. Y es que cómo dolía perder en casa.

En la semana santa de 2010 no desaproveché la oportunidad y subí a reforzar a un equipo ya en descomposición, prácticamente descendido a Tercera Cadete. Se trataba de un amistoso contra otro Tercera, Los Prados, y recuerdo vuestra charla en el descanso, la tuya y la de Berto, tu gran amigo. Parece ser que aquello era lo que nos íbamos a encontrar al año siguiente. Es decir, estaban dando por hecho un descenso que se consumó un mes después. Contigo tuve la oportunidad de debutar en Segunda Cadete siendo un simple infantil y en un campo fabuloso, el Nuevo Ganzábal, contra el Langreo. Aquel nefasto año hizo que el Cadete del Vallobín cosechase una nueva goleada en contra mientras tú tomabas nota del desastre al más puro estilo José Mourinho. Todo para que no se volviera a repetir.

El curso siguiente, ya en Tercera, estuvo bien preparado y tuvo muy buenas bases desde el principio: Humildad y trabajo. Todos los fines de semana nos recordabas la alta moral que traían los equipos contra los que nos enfrentábamos por venir de jugar contra el San Juan de la Carisa, pero siempre "con todos mis respetos hacia ellos". El respeto siempre estaba presente en aquel vestuario y si no, ahí estaba el trabajo físico que cumplíamos dos entrenamientos de los tres que teníamos por semana, para recordárnoslo. Tuviste presente todas aquellas duras derrotas en casa para volver a hacer vibrar a Vallobín. Hiciste que aquel Cadete ascendiese como líder, ganando todos los partidos en casa y tan solo perdiendo uno fuera y empatando el último también lejos de nuestro campo, ya ascendidos. ¡Ascendidos, menuda excusa! (Y vaya bronca...)

Plantilla del Vallobín campeón del Grupo II de la Tercera Cadete asturiana antes del partido contra P. Marigil. (1-5)

Campo Municipal de Matalablima, 15 de mayo de 2011.

Atrás queda ya el 15 de mayo de 2011. Uno de los días en donde demostraste quiénes querías que fueran los protagonistas, nosotros. Casi no quisiste ser partícipe del año con mayores éxitos deportivos de mi corta carrera futbolística. Conseguimos los tres puntos que nos daban un ascenso como campeones de liga ante la Peña Marigil, por 1-5 y tú, el responsable de aquello, huías de toda celebración.



Obviamente, acabamos por alzarte al cielo de Matalablima.










jueves, 21 de julio de 2016

"La mejor liga del mundo"

-"¡Ay madre, fíu, mucho vas tener que madrugar pa' ir a Valladolid!"


Así respondió mi madre, aficionada del Real Oviedo y criada con un padre y un hermano futbolista, cuando le comenté que jugaríamos en Zorrilla, contra el Valladolid a las "diez y media". Algo lógico teniendo en cuenta que a nadie en su sano juicio se le ocurriría fijar un partido de fútbol a las 22:30 h. Y digo 22 porque sí, son las 10, pero de la noche. "Post Meridiem".

Lo cierto es que la primera jornada de liga deparaba un enfrentamiento muy, pero que muy bonito, en donde dos aficiones históricas podrían llenar un estadio con capacidad para más de 25.000 espectadores. Pero no se ha querido. Parece ser que desde arriba prima más la caja tonta, que nos vean desde China. Aunque siendo sinceros y sintiéndolo en el alma, en España, nadie en su sano juicio se tragaría un Real Valladolid - Real Oviedo por la televisión pudiendo ver otro partido de mayor renombre como fue el Bayern de Múnich - Manchester City de anoche o demás torneos de pretemporada. Por no hablar de las Supercopas de España y Europa, o de la de países como Alemania, en donde también nos brindan partidos propios de una final de Liga de Campeones.

Afición del Real Oviedo en León.

Volviendo a lo que nos concierne, voy a mostrar mi opinión sobre este lamentable horario a pesar de que ya sabéis un poco por dónde van los tiros. Viajar a apoyar a tu equipo fuera es un auténtico escaparate: cantas, saltas, gritas, animas y te dejas ver. Visitas ciudades nuevas y bonitas y vuelves a casa triste o contento, pero siempre satisfecho. Defender tu escudo del alma lejos de tu estadio es algo que hay que hacer una vez en la vida. Este viaje a Valladolid, yo, particularmente, lo llevaba esperando bastante tiempo, concretamente desde que se certificó la permanencia de los pucelanos y el finalmente batacazo azul con el consecuente no ascenso. También recé por la permanencia de la Deportiva Ponferradina, obviamente para tener un viaje más que repetir. Se ve que Dios no me oyó. 

Parte de la afición del Real Oviedo en Zamora.

La capital castellana seguramente llore los muchos miles de euros en pérdidas que supone este horario. Llorará las 2.500 o 3000, entradas, quién sabe si 4.000, que se podían haber enviado a Oviedo para un hipotético partido de un sábado a las 17:00 h. También lamentará los miles de litros de cerveza no vendidos a tipos con camisetas azules que no paraban de cantar en la Plaza Mayor pucelana. Se retorcerá por los suelos al ver la caja que hagan ese domingo de mediados de agosto. Y todo para que nos vean por la tele. Pero, un momento... ¿Ver? ¿A quién? ¿A un estadio vacío? ¿A un equipo sin alma, sin voz? ¿A unos jugadores desalentados?

Aficionados del Real Oviedo desplazados hace menos de un año en el Zorrilla.

Yo sólo espero que a los auténticos valientes que vayan a esa hora se les oiga. Pero no precisamente animar, que se les oiga protestar. Han de demostrar que el fútbol son ellos. Somos nosotros. No me incluyo porque, obviamente. ni se me pasa por la cabeza ir a ver un partido de mi equipo que empieza un domingo y acaba de lunes, a una ciudad que se encuentra a 300 km de distancia de la mía y encima para estar en un estadio vacío. No sé si boicotear esto es una buena solución, somos demasiado fieles y siempre cederemos por amor. Lo que no debemos permitir es que sea la hipotética audiencia televisiva, en lugar de los clubes, la que decida la hora (y vaya hora) de un partido. En nombre de todos los aficionados del Real Oviedo, del Real Valladolid y del fútbol ruego cambien la hora del partido de mi equipo y eviten poner horarios así a otros choques, porque sin amor sólo puede haber una relación fingida que no lleve a ningún lado, y deportes hay muchos y más atractivos a los que aficionarnos. No sólo ruego cambien la hora de este partido, cambien a lo que están convirtiendo el fútbol, cambien de negocio. Hoy son Oviedo y Valladolid las que se plantan. Si continúan así será España entera y esto se irá al traste. Pero gracias por pensar siempre en el aficionado de a pie, en el de verdad. Tebas, vete ya.


Mi particular porra para el partido del 21 de agosto.


NO AL FÚTBOL NEGOCIO




jueves, 21 de abril de 2016

La Esfera se sube al cuadrilátero: "Thrilla in Manila".

La trilogía de combates protagonizados por Joe Frazier y Muhammad Ali fue uno de los acontecimientos deportivos más importantes de la historia reciente y es que “El Combate del Siglo” (XX, por supuesto) no sólo tuvo trascendencia en el ámbito que nos concierne a nosotros, el deporte. Aspectos de índole económica, política, social o religiosa estaban a la orden del día entre 1970 y 1975. El cabecilla del régimen dictatorial en el que Filipinas se veía inmerso, se encargó de distribuir lo que el Imperio Romano bautizó como “panis et circenses”, es decir, “pan y circo”, o lo que viene siendo dar espectáculo a través del deporte para que el pueblo, en este caso filipino, se olvidase de toda revolución comunista que estuviese teniendo lugar en las montañas del país, y que pretendían derrocar al por entonces dictador, Ferdindand Marcos.

El propio Jefe de Estado fue el que, gracias a sus inmensas riquezas, atrajo el boxeo a un país realmente demacrado, pero consiguió su objetivo, que el pueblo se olvidase de los problemas durante, al menos, un tiempo. Su economía permitió atraer a dos de los mejores púgiles de los Pesos Pesados al interior de sus fronteras. Según firmes rumores, se podrían haber llegado a pagar hasta 10 millones de dólares a Muhammad Ali para que se enfrentase a Frazer en Manila. ¡Fíjense que el dinero no tiene fronteras! Pero ese enfrentamiento comenzó mucho antes, de la mano de aspectos que nada tuvieron que ver, lamentablemente con el boxeo. A Ali se le retiró la licencia para combatir, al negarse a ir a defender a su país a la Guerra de Vietnam, opinión que su colega Jon Frazier comprendió e incluso defendió hasta el punto de prestarle dinero para que pudiese recuperar dicha acreditación.

Al comienzo de la década de los 70 la mentalidad norteamericana dio un giro radical rechazando todo tipo conflicto bélico con Vietnam, aspecto, para mí, clave en la relación entre nuestros dos protagonistas. Muhammad Ali podía haber agradecido el gesto de su amigo Joe, pero sin embargo, le dio la espalda tras recuperar su licencia a pesar de todo lo que este último hizo por él, y todo por un tema racial. “Tío Tom” (así se apodaba al hombre de raza negra que no se dedicaba a otra cosa que a acatar su destino y sus obligaciones, como buen cristiano, frente a la raza blanca, considerada superior), fue el calificativo más cariñoso que salió de la arrogante boca de Ali hacia la persona de Frazier. La psicología utilizada por el musulmán no sirvió para derrotarle en el primero de los tres combates, pero sí en los otros dos. La decisión arbitral y el agotamiento de Frazier, por último, coronaron a Ali como el mejor boxeador de todos los tiempos, aunque no para mí.


Sin duda estos acontecimientos no sólo enfrentaron a dos hombres, sino a dos maneras de pensar completamente diferentes. Por un lado, la arrogancia, la prepotencia, la fortaleza mental y la superioridad no plasmada hasta ese momento por parte de Ali. Por el lado de Frazer, la paciencia, la constancia y lo que en el mundo del deporte se denomina como “Las tres T”: Trabajo, trabajo y trabajo. Ambos tuvieron premio. Uno fue el más grande y otro fue el primero en derrotar al más grande, pero las heridas aún no están cerradas. Aunque fallecido en 2011, la utopía de Frazer se hizo realidad. Sólo hay que ver el actual estado de salud de Muhammad Ali, ya que, según el de Carolina del Sur, como buen católico que es, “Dios toma nota de todo”. En estos combates es donde se plasma la verdadera esencia del deporte: el caer y levantarse, el elegir, el juego psicológico, la disposición y la entrega. ¡Y vaya si se entregaron! ¡Casi les cuesta la vida!


"Citius, Altius, Fortius..."


miércoles, 30 de marzo de 2016

Johan, contigo empezó todo.

Si algo he aprendido de fútbol con el paso de los años es que cuando de verdad disfruta uno, es viendo al equipo que mejor juega. Mi infancia madridista se puede resumir perfectamente en noches de llantos y decepciones, bastantes más que alegrías y principalmente con un nombre propio como único culpable: Fútbol Club Barcelona. La mejor máquina de jugar al fútbol que he visto desde que tengo uso de razón. He de confesar que mi madridismo empezó viendo una clasificación. Me subí al carro de la última liga de Del Bosque, en la temporada 2002/2003 y las por entonces recientes consecuciones de la séptima, octava y novena copas de Europa me hicieron presagiar un esperanzador futuro, que pronto se desvaneció con la llegada de Ronaldinho y Rijkaard y la madurez futbolística de Xavi o Iniesta. Comenzaba a gestarse pues, un equipo parecido al que se había ganado el respeto de Europa a principios de la década de los 90, de la mano de nuestro homenajeado esta noche, Johan Cruyff, fallecido hace una semana tras una difícil lucha contra un cáncer de pulmón.

'El flaco' comenzó a revolucionar el fútbol en Ámsterdam, equipo con el que debutó con tan sólo 17 añitos. Allí aupó al Ajax a la élite del fútbol europeo consiguiendo 3 Copas de Europa y 1 copa Intercontinental, entre otros. Tras su éxito en los Países Bajos recayó en Barcelona, como muestra de una rebeldía ante sus propietarios, que siempre le caracterizó, y ante quienes en un principio pretendían traspasarlo al Real Madrid. ¡Ay, como hubiese cambiado mi infancia, Johan! En la ciudad condal consiguió una Liga y una Copa, en cuatro años, títulos que aunque parezcan escasos en número, tuvieron gran repercusión e hicieron que el club blaugrana diera un golpe sobre la mesa en nuestro país. Con su selección más de lo mismo. Johan fue el jugar como nunca y el perder como siempre. No consiguió ningún título con los tulipanes a pesar de que su juego fue más que excepcional.


Cruyff también influyó sobre los números de las camisetas y es que el 14 siempre fue número de suplente hasta que él, rebelde por naturaleza, lo llevó como protesta frente a los críticos medios de comunicación.

Años después de finalizar su carrera como jugador volvió como entrenador para revolucionar con mayúsculas el planeta fútbol. Sus primeros pasos alrededor del área técnica los dio como director deportivo de su querido Ajax. Allí llevó a cabo un proyecto a largo plazo cuyo único objetivo era implantar el fútbol más ofensivo conocido hasta el momento, el '3-4-3'. "Da igual cuántos goles te metan. Si tú metes uno más, ganas el partido". ¿Sus frutos? La Copa de Europa que sus canteranos consiguieron con el Ajax en 1995.

Pero donde de verdad transformó este deporte fue de nuevo en Can Barça. Plantó la semillita que dio lugar al florecido árbol que hoy es el Barcelona. Toque, presión, ataque... poesía. El 'Dream Team', como así se conocía a los muchachos de Johan, consiguió por primera vez para el club la primera de sus cinco Copas de Europa tras vencer en la prórroga a la Sampdoria, vencieron por 0-5 en el Santiago Bernabéu... aquello fue el clímax culé. Leyendo algunas de sus anécdotas como entrenador he encontrado algunas que me han fascinado: Preparando un partido contra el Atlético de Madrid, Cruyff meditaba con su segundo la forma de parar a Manolo, entonces delantero colchonero, para que no les metiera gol, como acostumbraba a hacer. La principal virtud del ariete era el desmarque, entonces, ¿cómo podían evitar que se desmarcase? Pues no marcándole. Así de simple. Aquella noche Manolo no 'mojó'. Quizás esa fue la que más me marcó y la que mejor describía a este auténtico vanguardista del fútbol, aunque otra, como fue la de colocar a Goikoetxea de lateral, sólo por su buena pegada, para romper así la línea de presión del rival, también me pareció una verdadera genialidad táctica.

 Finalmente, como todo ciclo, terminó, pero Johan impuso su filosofía de juego a una de las mejores canteras del mundo. En 2008 el árbol culé comenzó a florecer de nuevo y el gran trabajo que él seguía iniciando desde abajo dio sus frutos dando lugar al que para mí fue el mejor equipo de la historia: El Barcelona de Guardiola, con ocho canteranos en su once de gala. Su ciclo también terminó, pero afortunadamente para los aficionados esto no se acaba aquí; Luís Enrique sigue sus pasos. Cinco títulos de seis posibles en 2015 y todo apunta a que este año la cosecha será igual de buena...

Cruyff, ya como entrenador del Barcelona, con su clásico 'chupa-chups', piruletas que sustituyeron al tabaco tras el infarto de miocardio que sufrió en 1991.

El fútbol ha perdido a su reinventor, pero nos queda su legado: El buen juego, siempre a dos toques, la presión a todo el campo y sobre todo el trabajo bien hecho, desde abajo. El hombre de los 'chupa-chups' se ha ido, pero su escuela seguirá presente hasta que aparezca otro como él, si es que aparece. 


Descansa En Paz Johan, contigo empezó todo.



miércoles, 16 de marzo de 2016

¡Puxa Sporting!

Los 'ineftos' representarán a la Universidad de León.



El pasado día 22 de febrero se terminó la liga interna organizada por el Servicio de Deportes de la Universidad de León y el equipo compuesto por estudiantes del Grado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte ganó a pesar de no ostentar el papel de favorito. Los 'ineftos', como así se les denomina a los alumnos del antiguo INEF, decidieron formar un equipo que pudiese coquetear con los grandes de ligas anteriores. Es común en estos casos utilizar parodias de nombres reales de equipos de fútbol así que el Sporting Matozoide decidió inscribirse y pelearle el título de liga al Aston Birra y al Olimpic de León.

Precisamente contra este último equipo abrieron la temporada, con respeto pero sin nada que perder, y así fue, a pesar de que el Olimpic de León anotó el único gol que recibió Pablo Ferrera en liga, el Sporting Matozoide acabó venciendo por 3-1. Después de ese partido el calendario se les puso francamente cuesta abajo con tres victorias consecutivas, primero frente al Grupo Vagg por 19-0, después en un gris partido frente a Los Papitos, en donde nuestros chavales salieron victoriosos por 2-0 y en el último escalón antes del que se antojaba como el partido del año, Europa Juniors perdió por 0-3 ante Omar y compañía. Mientras tanto, ajenos a todo esto, el Olimpic de León, que recordemos, perdió 3-1 ante el Sporting en el primer partido, se jugaba sus opciones de ganar el campeonato ante el todopoderoso Aston Birra, equipo que representó a la Universidad de León en el Trofeo Rector de Castilla y León 2015, disputado en Valladolid. Perujo, Eche, Varo y demás hicieron lo propio y el gran favorito cayó derrotado por 4-2 manteniendo vivas las posibilidades del Olimpic. Para ganar, deberían meter 22 goles al Grupo Vagg, rival más débil de la liga, y que el Sporting perdiese ante Aston Birra. No fue así ya que como protesta por el mal arbitraje recibido ante Olimpic, Aston Birra no se presentó al partido, perdiendo por tanto 0-3 frente al Sporting Matozoide, que se proclamó campeón.



De izquierda a derecha y de arriba a abajo, los integrantes del equipo que representará a la Universidad de León:

Fila de arriba: Rodri, Aitor (C), Omar, Fran, Pablo Ferrera (P), Santi, Diego y Pabli

Fila de abajo: Samu, Jaime, Sergio Pérez (Ent.), Marco, Caveda, Pucho, Jorge, Trusgui, Guti y Varo. 

Nuestros muchachos representarán a la Universidad de León en el Trofeo Rector de Castilla y León en la modalidad de fútbol 11, edición que se disputará en Burgos los días 18 y 19 de este mismo mes. Serán dirigidos por Sergio Pérez, decisión tomada en consenso por el vestuario. El papel que va a representar este equipo no es otro que el que ya cumplió en su liga: ir ganando sin hacer ruido. Veremos cómo se les da la táctica mostrando su juego a la Comunidad Autónoma más grande de España.

Aunque tritranquilo en la foto, sobre las espaldas del míster, Sergio Pérez, recae una gran responsabilidad.
En una entrevista concedida a La Esfera que Mueve el Mundo, Pérez nos mostró su confianza en las posibilidades que tiene León (ULe) de vencer a la Universidad de Valladolid (UVa) en el partido que tendrá lugar en los Campos de Fútbol de Pallafría, a las afueras de Burgos, el viernes 18 a las 11:00 a.m. En el torneo también participan la Universidad Europea Miguel de Cervantes, también de Valladolid, la Universidad de Salamanca (USal), la Universidad Pontificia, también de Salamanca, la I.E. University de Segovia, y por supuesto la Universidad de Burgos (UBu) que ejercerá el papel de anfitriona.


¡AVANTI, UNIVERSITAS LEGIONENSIS!


viernes, 11 de marzo de 2016

La bestia "negra" del Leverkusen.

'Tuneladoras Bakambu' abre el camino hacia Cuartos.

El Madrigal volvió a vivir anoche una de esas estelares actuaciones europeas del 'Submarino'. La prosa sonó parecida a la de la Champions de 2006, edición en la que cayó en semifinales frente al Arsenal de Henry, quedándose sin jugar una final europea porque Dios no lo quiso. También en 'semis', pero en este caso de la Europa League de 2011, cayó frente al Oporto y aunque su fútbol se asemejaba increíblemente al del Barcelona de Guardiola, Santi Cazorla, Diego López y compañía se vieron severamente castigados en O Dragão, cayendo por un contundente 5-1.

Desde que Marcelino clasificara al Racing de Santander para la Copa de la UEFA en 2008, la redacción de este blog sólo tiene elogios para el entrenador asturiano y es que en la presente temporada, y fuera de la liga que no le corresponde al Villarreal (es decir, quitando Real Madrid, Atlético y Barcelona) jugadores y técnico están firmando una campaña 'de 10'.

Marcelino trata de transmitir sus ideas al lateral derecho del Villarreal, Mario Gaspar.

Cuartos en liga y tras la holgada victoria de ayer, con pie y medio en Cuartos, si se me permite la redundancia, el Villarreal está ahora mismo en una nube, gracias al gran estado forma de algunos de sus jugadores, comenzando por su guardameta, Aréola, siguiendo por la solidez y madurez de Mario Gaspar, pasando por la brújula de Bruno, y sobre todo, terminando con la explosividad del congoleño Bakambu. A medida que han ido pasando las jornadas, Marcelino ha ido depositando cada vez más confianza en el potente delantero, que relegó a otros 'killers' de renombre como Leo Baptistao o Adrián López al banco y consiguió un puesto en el XI titular del líder de 'la otra liga'. 

Anoche, Cédrick Bakambu fue la pareja de baile de un Roberto Soldado que no acaba de encontrarse en el equipo castellonense. Triste pero cierto, el ariete español lleva menos goles que tarjetas amarillas, habiendo llegado a cumplir dos ciclos de sanción por acumulación. A pesar de todo, no hay queja porque la pareja de delanteros que forma la punta de lanza del ya mítico 4-4-2 de Marcelino, funciona como la maquinaria de un reloj Suizo. Roberto encontró a Bakambu y Bakambu encontró la puerta. Menos vistosas que los goles, las asistencias son tan importantes o más que los propios tantos y ayer fue el claro ejemplo de ello. Aunque espeso de cara a puerta, Soldado fabricó un pase magistral para dejar a su compañero de ataque sólo contra Leno, a quien batió por debajo de las piernas en el minuto 4.

Bakambu mira inquisitivamente a sus rivales tras anotar uno de los dos goles de anoche.

El Bayer Leverkusen lo intentaba sin suerte, y tras ocho tiros fuera de los palos acabó pagando la falta de pegada en el minuto 56, cómo no, con Bakambu como protagonista. ¡Cómo corrió para hacer el segundo! Nadie pudo alcanzarle y aunque es cierto que Leno, el portero del Bayer, pudo hacer bastante más (se le volvió a colar por debajo de las piernas) el segundo subió al marcador para dar la merecida tranquilidad a un equipo que juega al fútbol como los ángeles. 

Ya en el descuento, Jedvaj fue expulsado por doble amarilla tras cortar un pase con la mano, por lo que se perderá la hazaña que sus compañeros intentarán conseguir en la vuelta de la eliminatoria que se disputará el próximo jueves a las 19:00 en el BayArena de Leverkusen y que, esperemos, no sea conseguida.

sábado, 5 de marzo de 2016

Una dosis de imparcialidad.

Granada y Estrada hunden al Sporting.

"Que me sancionen, que me metan cincuenta partidos, pero ha sido una vergüenza".

Así retumbaron las palabras de dolor, de rabia, de impotencia y frustración en la sala de prensa del Nuevo Los Cármenes. Ya desde el primer minuto de partido las cosas olían a chamusquina para los rojiblancos, pero no fue hasta la segunda parte cuando se consumó el desastre arbitral curiosamente con un ex-esportinguista, David Barral, como protagonista. El gaditano es el blanco de todas las críticas en Gijón a pesar del cariño que se le tenía en la ciudad asturiana tras su paso por las filas del conjunto del Piles.
El 'Pitu' Abelardo, durante su crítica a la actuación arbitral en rueda de prensa.

Corría el minuto 72 cuando Barral recibió un pase en profundidad próximo a la línea de fondo, realizó un recorte y se dejó caer tras notar un pequeño contacto con Omar Mascarell. Estrada Fernández picó y concedió un penal que a la postre supondría la victoria del Granada. En la repetición se observa cómo es el delantero el que mete la pierna en el forcejeo y el que derriba a Mascarell, que también cae al suelo. Es decir, no sólo no fue penal sino que la acción estuvo más próxima a haber sido falta del ariete que penal en contra del Sporting. Ya en el descuento, con los rojiblancos volcados tratando de conseguir un empate que nunca llegó, Success hizo el segundo aprovechándose de una tonta pérdida de balón de Dani Ndi y un rechace con algo de fortuna, sentenciando un choque que dio tres puntos de oro a los locales, para que adelantaran al Sporting en la clasificación, dejándolos penúltimos pero a tan solo dos puntos de la salvación, su objetivo primordial.

A pesar de que "Los guajes" del 'Pitu' Abelardo no hicieron un buen partido, hay que saber diferenciar, siempre desde el punto de vista de la objetividad, cuándo no mereces ganar de cuando te arbitran en contra, a pesar de ser consciente de que no estás jugando tu mejor partido. Quitándome la venda oviedista de los ojos, cosa que nunca viene mal, entiendo a Abelardo, y yo personalmente no hubiera reaccionado mejor, ante esta embarazosa y a la vez peligrosa situación que se vino fraguando desde el minuto 1.
Fuera de juego, inexistente, que le fue pitado al Sporting el pasado jueves.

¿Se imaginan un profesor que tenga que dar clase sin pizarra ni tiza? Sin pupitres, sin sillas... En esta situación se encuentran unos futbolistas y un cuerpo técnico que yo calificaría de obreros del fútbol, ya que no tienen la culpa de la mala gestión económica y administrativa que tuvo la entidad gijonesa y que les impide fichar. Alguien a quien no se le deja trabajar no puede estar preparado para competir en una de las ligas más exigentes del mundo con otros equipos y entrenadores que si están en plenitud de condiciones de trabajar. En definitiva, me quito el sombrero ante lo que ha hecho el 'Pitu' Abelardo durante estas dos temporadas y media al frente del primer equipo del Real Sporting de Gijón. La plantilla más joven de la categoría está dando la cada partido tras partido para conseguir su objetivo y si de algo estoy seguro es de que, aunque me pese, tendrán  mi admiración consigan o no la permanencia en Primera División. Sinceramente, no comparto las opiniones que se pueden leer en las redes sociales sobre la rajada de Abelardo. Para mí, más que justificable teniendo en cuenta todo lo que se están jugando y las formas en las que les tiran por tierra todo su trabajo, pero como se suele decir...

"El fútbol siempre te quita lo que te da, y te devuelve lo que te había quitado"








viernes, 12 de febrero de 2016

El alzheimer del Villamarín.

Merino, ratificado hasta final de temporada.


Es triste, pero el beticismo, en este caso, y el fútbol español, en general, tienen muy poca memoria. La derrota del Real Betis en Getafe (1-0) fue el último capítulo de los 19 que vivió Pepe Mel en el banquillo verdiblanco, partido que supuso el fin de una continua historia de amor y desamor entre la entidad bética y el técnico. La crisis conyugal comenzó sin duda, en la decimoctava jornada, cuando un Eibar engrandecido humilló (0-4) a un Betis con sabor a Segunda, y en donde Mel y sus pupilos fueron una marioneta en manos de Borja Bastón y compañía. La situación comenzaba a tensarse y tras la derrota en el Insular y semejante pintada de cara, y la hinchada dictó sentencia. El "¡Pepe, vete ya!" retumbaba en la cabeza del dolido entrenador madrileño. Mel, que siempre quiso lo mejor para el club pero pecó un poco de víctima sosteniendo que la pelota estaba en el tejado de la para mí insegura, desastrosa y desorganizada junta directiva del Real Betis Balompié.

Pepe Mel, llorando en la despedida tras su destitución.
Pero esto viene de muchos años atrás, cinco, concretamente. Acababa de comenzar el año 2011 y el Betis, por entonces líder de la Liga Adelante, era el único Segunda que se había colado en los Cuartos de Final de la Copa de Su Majestad, frente al Barcelona de Guardiola. Aquella eliminatoria sirvió, sin duda, como escaparate para un equipo eléctrico en ataque y para un ambicioso técnico. A pesar de que el Barcelona sentenció el choque en la ida (5-0) recuerdo personalmente la buena imagen mostrada por el Betis en el Camp Nou, pero sobre todo la intensa primera parte del partido de vuelta en el Benito Villamarín. La noche comenzó con un doblete esperanzador del pichichi del equipo, Jorge Molina, que posteriormente fue echado por tierra con un gol de Messi al contragolpe. Arzu hizo el 3-1 definitivo al filo del descanso y toda España se enteró de lo que era capaz de hacer aquel equipo, que no ganó la Copa, pero finalmente consiguió su objetivo principal, retornar a la Liga BBVA. Y lo hizo de la mano de Don Pepe Mel, no podía ser de otra manera.

La relación se acabó cuando, en la temporada 2013/2014, el 'Eurobetis' era el farolillo rojo de la clasificación. Pepe, entre lágrimas, abandonó el club de sus amores para poner rumbo a tierras inglesas, mientras el Betis seguía hundiéndose a pesar del continuo flujo de entrenadores que pasaban por los vestuarios del Villamarín. El equipo se despertó de su sueño Europeo en su propia cama, tras perder en la tanda de penalties ante el Sevilla F. C. y finalmente acabó descendiendo. A mitad de la siguiente temporada los ultras verdiblancos coreaban el nombre del protagonista de hoy en nuestro blog. El equipo se encontraba en la zona alta de la tabla pero no convencía lo suficiente como para garantizar el retorno a Primera División y Julio Velázquez, entonces entrenador, fue sustituido por Mel, quien volvió a conseguir el ascenso a Primera con el Betis, de la mano de una letal pareja de atacantes: Rubén Castro y Jorge Molina.


El famoso puente de Triana (Sevilla) iluminado con bengalas verdes tras el ascenso del Real Betis.

Ya saben que el fútbol es un deporte caprichoso, y como hemos mencionado al principio, en España más que en casi ningún otro sitio. En mi opinión, pienso que es lamentable que la directiva del Real Betis Balompié no haya dejado terminar el proyecto de un entrenador que tantas alegrías ha dado al respetable del Villamarín. El fútbol no tiene memoria y el beticismo no ha sido justo hace unos meses con Pepe. A España le queda mucho que aprender de países como Inglaterra o Alemania, que salvo cataclismo comparable al del Chelsea de Mourinho, dejan terminar el proyecto de equipo a la persona a la que unos meses atrás habían depositado toda su confianza. Mismamente un club grande, como el Borussia Dortmund, último clasificado en el mes de diciembre de 2014 (mes en el que Mel fue destituido), ratificó a Jürgen Klopp como el hombre indicado para sacar a los amarillos de aquella embarazosa situación. El equipo entró en Europa. Podría seguir con un millón de entrenadores víctimas del negocio que es, hoy por hoy, el fútbol español: Carlo Ancelotti, mismamente. Sin embargo, no quiero alargar esto más de la cuenta.

Hoy en día, el Betis es dirigido por Juan Merino, un entrenador de la casa, interino, hasta ahora encargado de dirigir al filial en el Grupo IV de la Segunda División B. Es cierto que ha traído algo de estabilidad al equipo, ha roto la racha de 8 partidos sin conocer la victoria, pero también cabe decir que lo ha hecho ante un Valencia renqueante y, ojalá me equivoque, pero sin estabilidad en la junta directiva no existe estabilidad deportiva ni en el equipo sevillano ni en ningún otro. Merino, ha sido ratificado por el club hasta final de temporada, aunque el fútbol te sitúa hoy aquí y mañana allí y el técnico gaditano podría pasar de dirigir a al filial en la tranquila Segunda División B, a estar en la calle si las cosas no salen como la directiva espera.

La conclusión que podemos sacar de todo esto es que la afición y la directiva esperan que un club histórico y medianamente grande como es el Betis, sea grande aún siendo un recién ascendido. Tan triste como cierto es que el equipo verdiblanco es el mejor recién ascendido de los tres, 4 puntos por encima del descenso, en una situación que seguramente Sporting, Las Palmas y los otros 5 equipos que tienen debajo, pagarían por vivir, entre ellos el mismísimo Valencia. En definitiva, hay que saber de donde se viene y cuáles son tus orígenes.

La tanda de penales del Betis-Sevilla en Europa, marcó el destino de ambos equipos. El Betis descendió a Segunda y el Sevilla ganó la Europa League por cuarta vez en su historia.

"Lo cierto es que el Betis acumula tantos presidentes últimamente, como finales tiene el Sevilla"



domingo, 31 de enero de 2016

Diez minutos de fútbol del líder le bastan para rascar en el Tartiere.

Empate a uno acabó reflejando el electrónico del Carlos Tartiere al término de unos de los 90 mejores minutos del Real Oviedo en lo que va de liga. Más de 22.000 almas vieron como en la primera mitad, el Deportivo Alavés sucumbía ante un equipo eléctrico en ataque, que ya a los 11 minutos se adelantaba por mediación de Borja Valle. La acción se inició después de que Jon Erice recogiera un rechace de una falta botada por Susaeta. El navarro abrió la pelota a la banda derecha, y Nacho López puso un centro que David Fernández controló con el pecho en la cercanía de la meta alavesa, para luego asistir al berciano y llevar así el delirio a la grada con el primero de la noche en la Ería.

Borja Valle dedica el gol a una afición eufórica y Edu Bedia y Jon Erice corren a felicitarle.
El Oviedo no se conformó con eso y siguió atacando hasta los últimos coletazos de la primera mitad, en donde comenzó el acoso de los visitantes, un reflejo de lo que acontecería tras la reanudación. La calefacción del vestuario azul debía estar más alta de lo normal, porque la falta de intensidad tras el comienzo del segundo acto era patente, y cuando sales dormido ante el líder lo acabas pagando. La pegada de Gaizka Toquero empató el partido en el segundo tiro a puerta del conjunto de Vitoria. Manu García puso un centro medido para que el ex del Athletic Club de Bilbao se aprovechara, con una volea perfecta, del mal marcaje de Carlos Peña, poco pendiente de su espalda.

Por más que el Oviedo lo intentó, acabó encontrándose con el meta Pacheco, que se resarció de su fallo en el gol de Valle. El extremeño estuvo muy hábil aguantándole hasta el último momento un mano a mano a Néstor Susaeta que hubiera supuesto el 2-1 a favor del Oviedo. Minutos después, el colegiado, que no contentó al respetable con su actuación, no señaló un posible penal sobre Koné en la portería sur. El Tartiere rugió, pero yo, sentado en el fondo norte, no pude diferenciar bien si hubo o no error arbitral.

La afición del Alavés desplazada hasta Oviedo, celebra el tanto de Toquero que supuso el 1-1.

El 1-1 final contentó más a los visitantes que a los locales, aunque el punto sirvió a los carbayones para colocarse cuartos en la tabla tras la derrota de Osasuna, por cuatro goles a cero en Anduva. Los alrededor de 1.500 aficionados vascos, que no dejaron de animar a su equipo en todo el partido, comportándose de manera ejemplar, se fueron felices a casa ya que siguen manteniendo la ventaja de 3 puntos con el segundo clasificado, ahora el Leganés, que ganó por 2-3 en el Nuevo Arcángel en un polémico partido ante un Córdoba que ahora es tercero, ya fuera de los puestos de ascenso directo.

lunes, 4 de enero de 2016

La cuesta de enero del Leicester City.

Al Leicester le entra el vértigo.



Podríamos decir que es algo lógico el hecho de que un equipo como el Leicester City, acostumbrado a pelear por la permanencia, ya no rinda tan bien como lo llevaba haciendo desde el principio de la temporada. Lo cierto es que los pupilos de Claudio Ranieri llevan sin ganar desde el pasado 19 de diciembre (2-3 ante el Everton) y aunque puede que ustedes piensen que no es tanto tiempo sin cosechar victoria, conseguir solamente 2 de los últimos 9 puntos les ha costado el liderato y el coliderato. Han pasado de sacarle dos puntos de ventaja a su inmediato perseguidor, el Arsenal, a que este se los saque a ellos y para colmo, han perdido a un referente como es Jamie Vardy, durante dos semanas por una pequeña lesión muscular.

Hace un par de días se conocía la noticia de que el internacional inglés sería baja en el partido que enfrentará a Leicester y Tottenham y que podría ser duda frente al Aston Villa ya que será intervenido quirúrgicamente de unas molestias que arrastra en la ingle desde hace semanas. Veremos cómo reacciona un equipo que, sin su máximo artillero, tendrá que superar además de a los ya citados, al Stoke City de Bojan, primero y al Liverpool de Jürgen Klopp, después, antes de terminar un difícil enero.
Jamie Vardy, el '9' del Leicester City, celebrando uno de los 15 goles que ha conseguido esta temporada.
A pesar de este pequeño traspiés, no todo van a ser críticas hacia un conjunto que la temporada pasada era un recién ascendido, sino todo lo contrario, halagos y más que halagos. Aunque los 'foxes' estén en horas bajas, los resultados no sean los esperados y su mejor jugador tenga que pasar por el quirófano, el objetivo que se habían marcado al principio de la temporada, que no era otro que el de la permanencia, está prácticamente en el bolsillo, tras haber alcanzado ya la friolera de 40 puntos en 20 jornadas.

Probablemente se descuelgue, lo más seguro, pero el adjetivo que mejor define a la Premier League, además de lo competitiva que es, es la irregularidad, es decir, todo lo contrario que el de la Liga BBVA. En nuestro país desde hace once años sólo un equipo distinto de Madrid y Barcelona ha conseguido alzar el título de liga. Lo consigan o no, la hinchada del Leicester City F. C. puede estar más que orgullosa de sus colores, y el resto de aficionados, contentos por el espectáculo y la alternativa que el equipo de una ciudad que no llega a los 300.000 habitantes, nos está ofreciendo.


¡VIVA EL FÚTBOL, CARAJO!